Sin aliento me dejó la primera vez que me dijo “te amo”…y cada día que me mira con sus ojos sinceros y profundos. Y sin aliento me deja cada vez que él es blanco y yo negro, cuando estamos en zona de conflicto. Pero sobre todo, vamos alentándonos en el camino que hemos decidido tomar juntos.
Piero, mi ecocuople, es una de mis personas favoritas. Mientras escribo estas líneas, lo miro de reojo y agradezco tenerlo en mi vida. Agradecida siempre por la oportunidad de su vida con la mía. Además valoro y adoro su optimismo y resilencia. Siempre ve las cosas y situaciones hacia adelante, los problemas los toma como oportunidades de entender y comprender, para luego solucionar, mejorar y lograr un aprendizaje.
Y en el agradecimiento quiero enfocar mis reflexiones. Desde pequeña me enseñaron a dar gracias… a Dios y a otros. Dar gracias es una palabra mágica en el vocabulario de mi hijo. Y agradecimos debemos estar con el planeta puesto es nuestro hogar y nos da una naturaleza, un ecosistema para vivir en armonía y equilibrio.
En estos casi tres meses que casi no escribo he estado con varias cosas a la vez, días buenos, días malos y días feos, pero en ninguno he dejado de agradecer lo que tengo, lo que vendrá y a la vida. He disfrutado de unas vacaciones en familia, me he incorporado a un super equipo de trabajo sostenible, completamos con éxito el proyecto de voluntariado ecoladrillero del año, he tenido a los míos con problemas de salud y he visto convertirse en estrellas de luz a dos tías muy queridas. Y cada día no he dejado de agradecer las vivencias, sentimientos, experiencias, sensaciones que me ha tocado vivir. He abrazado, llorado, reído, gritado, guardado silencio, bailado, cantado y amado.
Y trato día a día de que mis acciones y decisiones no impacten la vida en el futuro. Es una rutina que tratamos de incorporar Piero y yo en nuestra ruta hacia una viva sosteniblemente feliz. Hacer cambios de hábitos puede ser fácil o difícil, depende de la predisposición que uno tenga, de las ganas que uno tenga de ser consciente y consecuente. Como familia vamos siempre tomando decisiones en conjunto para cambiar los hábitos, vamos en ruta, lento en algunos casos y rápido en otros; pero no retrocedemos.
“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo” escribió el uruguayo Eduardo Galeano y es una frase que nos empodera muchísimo en casa. Cuando pasé de la negación a la aceptación y tuve la necesidad de hacer el cambio, conversé con Piero; y de a una me dijo: «vamos con todo». Al principio creí que lo hacía por amor, por complacerme en una idea que tenía en mente y sacaba fuerzas y ganas en mí. Pero poco a poco vio que lo mío era una necesidad de desprenderme de lo que para el común era lo usual, y que mis acciones implicaban cambios significativos en nuestras costumbres y estilo de vida.
Y es así como tuve a mi lado a mi ecocouple. Piero al igual que yo es generación X, viene de una familia que inculcó principios y valores, y le dio amor, disciplina y facilidades en su desarrollo personal y profesional. Es ingeniero electrónico y con experiencia en gestión de áreas de manufactura. Fue padre cuando recién iniciaba su etapa laboral, y es el padre de la persona más noble que conozco, Pato. Ellos llevan una relación papa-hijo-amigos que sacan a flote con el amor que se tiene uno al otro.
Piero es romántico y soñador-realista. Consciente de que Merece Lo Que Sueña lucha por lo que se propone. Como me lo saca en cara siempre, él me cambió para mejor. Hizo que yo le pida matrimonio (luego de algunas negativas mías) e hizo que abrace la maternidad como la experiencia más feliz y enriquecedora de mi vida. Sebis lo adora y adoro escucharle decir “papa lindo”.
El me soporta mucho en mis objetivos y metas. Conversamos mucho sobre lo que queremos para nosotros y para todos. Vamos aprendiendo mucho en conjunto, combinamos mi lado catártico con su lado racional. Simplemente el me ama y yo a él; y ambos amamos al planeta.
Y sí que hay muchas personas que aman al planeta. A pesar de las noticias tristes y alarmantes sobre la crisis climática, cada vez más veo acciones individuales y colectivas por hacer las cosas diferentes, y eso es bueno. Sigo dejando de lado paradigmas que me bloquean y no me permiten reconocer lo que se viene haciendo. Hay mucha gente bonita tratando de hacer lo correcto y oportuno, y están siendo copiadas por otras, el efecto va en aumento. Agradecida ando por ello!
Sé que hoy es un día de evaluación general sobre como percibimos la crisis climática… el famoso Black Friday donde el consumismo extremo nos hará generar necesidades innecesarias, y quizás veamos acciones desesperadas para comprar, comprar y comprar; pero sé que también tendremos el Green Friday donde se evitaran compras innecesarias, y si las hay estas serán responsables en un comercio justo. Nosotros como familia tenemos planeado realizar unas compras, y han sido planificadas y con un efecto de uso duradero.
Me he prometido no amargarme por lo que pase este viernes de consumismo total, voy a agradecer porque sé que ya somos muchos los que vamos ir contra corriente. El planeta me necesita con optimismo y resiliencia para seguir luchando por él. No es que estoy siendo más tolerante, sino que creo que es mejor evidenciar en buena onda que ir por lo complicado que resulta juzgar.
Ayer fue el día de acción de gracias por el norte, y por acá continuo agradeciendo, me sana, me libera, me alimenta, me hace feliz!
Gracias Piero por estar a mi lado! Gracias Sebis por ser mi motor y motivo! Gracias planeta por todo lo que nos das y todo lo que resistes!
Vamos con fe, algo tira de mi, tira de mi!